La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Ley General de Sanidad definen el concepto de salud como “un completo estado de bienestar físico, mental y social, y no sólo como la ausencia de enfermedad”.
La importancia de la salud mental radica en que cuando ésta falta, la persona es incapaz de desenvolverse adecuadamente en la sociedad, comprometiendo muchas veces su salud física generando patologías y enfermedades que pueden llegar a ser crónicas.
La pandemia provocada por la COVID-19 ha sacado a la luz, con mayor fuerza que nunca, la fragilidad de la salud mental y la necesidad de prestarle atención de urgencia. En un informe de mayo de 2021 sobre políticas acerca de la COVID-19 las Naciones Unidas, revela que la pandemia ha puesto de manifiesto “la necesidad de aumentar urgentemente la inversión en servicios de salud mental si el mundo no se quiere arriesgar a que se produzca un aumento drástico de los trastornos psíquicos”. Si añadimos que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada cuatro personas en el mundo ha tenido, tiene o tendrá un problema de salud mental a lo largo de su vida, y que los trastornos mentales serán la primera causa de discapacidad a nivel mundial en el año 2030, el escenario de la salud mental se presenta bastante desolador, si no se ponen en marcha las soluciones y las medidas necesarias.
Por todo ello, se hace necesario la necesidad de una mayor inversión de recursos a todos los niveles para atender la salud mental si queremos prevenir con anticipación una nueva pandemia, esta vez de salud mental.
Uno de los principales problemas de la salud mental en España es la precariedad de recursos dentro del ámbito socio-sanitario público, que ahora, con la pandemia de la COVID-19 se ha hecho más visible que nunca.
En España existe un déficit crónico de profesionales de la psicología en el sector público. 4 por 100.000 habitantes frente a los 18 por 100.00 en Europa. Este déficit de psicólogos en la sanidad pública es cubierto en parte por la sanidad privada, así como por aquellos que ejercen la profesión de manera libre.
Mujeres, población infantil, migrantes o personas sin hogar son algunos de los grupos sociales más vulnerables y sensibles a ver afectada su salud mental. Las mujeres tienen 3 veces más riesgo de tener depresión y el doble de tener ansiedad que los hombres. En el caso de los niños el 1% de la población infantil tenía problemas de salud mental.
Las ventajas de contar con una adecuada salud mental son las siguientes:
1.- Mayor productividad.
En una sociedad altamente competitiva y sometida a continuo estrés, el estar relajado permite tomar las decisiones adecuadas aún en los momentos de mayor presión laboral.
2.- Mejora las relaciones sociales.
Nos gusta relacionarnos con personas que comparten nuestra forma de actuar. Dicho de otra manera, solemos excluir de nuestro círculo social, laboral y familiar a aquellas personas cuyo comportamiento difiere de lo socialmente establecido. Las personas con deficiente salud mental tienen comportamientos singulares. Por ejemplo, las personas con depresión tienden a ser pesimistas y se encuentran en un estado permanente de tristeza incluso en momentos donde lo natural sería estar alegre. Además, cuando existen problemas de salud mental, es difícil manejarse en grupos sociales.
3.- Mejora nuestra salud física.
Recordemos el viejo proverbio latino “mens sana in corpore sano”. Este proverbio es válido en cualquiera de las dos direcciones, no es posible una mente sana si no se tiene un cuerpo sano, pero tampoco es posible un cuerpo sano sin una mente sana.
Los trastornos mentales suelen producir alteraciones en la alimentación, disminuyendo o aumentando las ganas de comer, lo que tendrá su repercusión en el metabolismo de la persona y por consiguiente en su salud física.
Los pensamientos positivos son un pilar de éxito en la vida de una persona ya que le permite encontrar siempre la parte buena y positiva en todas las ocasiones, incluso en las más adversas. Solo con una buena salud mental se puede desarrollar todo el potencial de una persona tanto en el plano social como laboral. Por ello, ante la mínima sospecha de que tu salud mental no sea la adecuada, acude a un profesional.